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Hay personas que sienten ansiedad e irritabilidad si no están trabajando constantemente.

Causas y síntomas comunes de un workaholic.

Se trata de personas que tienen la necesidad de trabajar y cuando no lo hacen experimentan ansiedad, depresión o irritabilidad. El trabajo constituye el centro de su vida, quedando todo lo demás, incluida la familia o los amigos, en un segundo plano. Se llevan el trabajo a casa, no desconectan el fin de semana y en vacaciones continúan trabajando.

La dedicación intensa al trabajo se ha considerado durante muchos años como una conducta adecuada y socialmente valorada, que denota un sentido elevado de responsabilidad y que responde a los valores de una sociedad en donde se priman el éxito y el poder.

Según los estudios de la Organización Mundial de Salud (OMS), la adicción al trabajo puede conllevar a un trastorno mental y físico. Aunque esta adicción esta afectando tanto a hombres como a mujeres, parece ser que afecta más a profesionales varones entre 35 y 50 años. Estos varones suelen tener cargos en profesiones liberales o mandos intermedios como ejecutivos, médicos, periodistas, abogados, políticos, etc. Estas personas centran su vida en el trabajo y no suelen tener conciencia del problema, siendo su entorno familiar o social el que sufre las consecuencias.

Las principales señales de alarma en relación con la dependencia del trabajo son las siguientes:

Prisa constante y ocupación continua.

Los adictos al trabajo tienen un sentimiento constante de urgencia de tiempo, así como la necesidad de estar implicados en un mínimo de dos o tres tareas simultáneamente y de rechazar actividades no directamente productivas.

Necesidad de control.

La rigidez de pensamiento lleva a planear y organizar excesivamente todo lo que acontece, de forma que todo sea predecible y controlable. No es frecuente la delegación del control en otras personas.

Perfeccionismo.

El miedo al fracaso impone un control estricto, un alto nivel de exigencia y una intolerancia a los errores.

Dificultades en las relaciones personales.

Al estar los sujetos constantemente inmersos en el trabajo, no hay apenas espacio para las relaciones interpersonales, que las consideran como una pérdida de tiempo. Dificultad para relajarse y divertirse, el ocio les aburre, están obsesionados por hacer cosas en lugar de relajarse y disfrutar.

Pérdidas parciales de memoria.

Son fruto del agotamiento y de la atención simultánea a muchos asuntos. No son infrecuentes los olvidos de fechas y temas relacionados con la vida familiar y social (aniversario de boda, cumpleaños de los niños, etc.).

Impaciencia e irritabilidad.

Al ser el tiempo una posesión muy preciada, carecen de paciencia y se irritan fácilmente si se les hace esperar o se abordan temas en una conversación que no son directamente de su interés.

Problemas de salud.

Son frecuentes una amplia variedad de problemas físicos (obesidad, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo,
hipertensión, etc.), así como un descuido de las necesidades personales de salud (horas de sueño, descanso regular, chequeos periódicos, etc.). Se trata, en definitiva, de una adicción caracterizada por un aumento excesivo de los rendimientos laborales.

Trabajar más horas o dedicarle tiempo completo al trabajo, no significa que los resultados de éste sean mejores. Debemos saber que no vivimos para trabajar. Hay que establecer límites, para eso es fundamental que las empresas fomenten la vida familiar de sus trabajadores, respetando los horarios de trabajo, ya que debemos tener claro que la adicción al trabajo no va ligado necesariamente a buenos resultados.

 

Cuéntanos que técnicas aplicas para no convertirte en un adicto al trabajo. Esperamos tus comentarios.

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