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El poder del «NO»: Beneficios y contras

Se habla mucho sobre el poder del “Sí”, sobre todo porque apoya la toma de riesgos, el coraje y crea un enfoque más positivo de la vida. De manera que nos hace tanta gracia que su efecto no se puede minimizar. Pero ¿Qué hay del poder del “NO”? Normalmente suele asociarse con restricciones y negatividad, sin embargo, no siempre tiene esa connotación.

El “NO” también puede actuar como una rejilla que cierra de golpe la ventana entre uno mismo y la influencia negativa de los demás. De hecho, rara vez celebramos su uso en estos casos.

La verdad es que tiene un poder oculto porque es fácil de malinterpretar, pero difícil de involucrar porque suele confundirse con la negatividad. A través de un “NO” cualquiera puede marcar un alejamiento o fijar una negativa firme, pero también comunicar límites y los límites nos ayudan a definir quiénes somos.

Como verás, son preceptos de comunicación diferentes. ¿Es complicado entender el poder del “NO”? Todo dependerá de tu actitud y estado mental.

El poder del «NO»: Las dos caras de la moneda

La negatividad es una actitud crónica que se expresa en un descontento permanente, en crear obstáculos o en adoptar una postura negativa ante el riesgo. En fin, actúa como unos  lentes que solo ofrecen una visión turbia del mundo.

Usar el “NO”  para emparejarlo con este estado mental nunca tendrá un efecto poderoso de conexión con actitudes positivas, al contrario, denota debilidad e incapacidad para identificar necesidades y resolver conflictos.

Por supuesto, el resultado será devastador emocionalmente hablando, ya que terminarás apagando tu entusiasmo y el de los demás. Un “NO” puede denotar insatisfacción y miedo, así que en este contexto no tienen ningún poder de hacerte sentir en buen estado anímico.

El hecho es que cuando la negatividad es una actitud constante, el “NO” es un momento de clara elección. Aun así,  anuncia -implícitamente- algo afirmativo sobre ti. No obstante, el poder del “NO” tiene dos caras: la autodestructiva que nos afecta a nosotros mismos y la que crea límites entre nosotros y los demás.

El “NO” de los límites auto establecidos

El “No” que es una afirmación de uno mismo reconoce implícitamente la responsabilidad personal. Sugiere que si bien interactuamos con los demás y amamos, respetamos y valoramos estas relaciones, no podemos permitirnos ser influenciados negativamente por ellas.

Una respuesta que establece límites subraya la dura verdad de la madurez, la cual supone ser responsables y fieles a nuestras convicciones, gustos o estilos de vida.

Conocer el poder del “NO” que fija límites  nos permite mantenernos al margen distintivo del yo. Por ejemplo, «Esto es lo que soy y siempre seré; esto es lo que valoro y valoraré; esto es lo que haré y no haré; así es como elegí actuar».

Esto no implica que no amemos, no ofrezcamos, no agrademos o que no cooperemos con los demás, solo es  una forma de recordar lo que somos y apoyar las relaciones saludables, la autoexpresión y la empatía.

Todos somos agentes de nuestros propios límites. Así que este “NO” es  responsable y tiene una conciencia poderosa, solitaria y muy sobria.

Cuando no fijamos límites auto establecidos solemos ceder ante el estafador, el asesino o  ante nuestros propios impulsos por beber una copa más o hacer una compra innecesaria.  El “NO” que reafirma nuestra identidad nos hace más fuertes. Este es el verdadero poder del “NO”.

El “NO” autodestructivo

El “NO” que orientamos a nuestros propios impulsos autodestructivos representa la lucha con la que estamos más familiarizados: la negatividad y sentimientos adversos. Es el que tiene el poder de controlar nuestras emociones de rabia  y nuestro impulso por los vicios como el cigarrillo.

El poder del “NO” auténtico proviene de un yo interno regulador cuyo trabajo es contener estos impulsos y gestionar nuestras prioridades.

Muchos podemos pasar toda nuestra vida trabajando en alimentar este yo interno regulador, así como modificarlo, construirlo y apuntalarlo. Porque, no siempre es algo fácil.

Las enormes recompensas del desarrollo de la capacidad de nuestro yo regulador para decir “NO”, sin mucha  rigidez, pero con suficiente frecuencia y sabiduría, son la productividad y la tranquilidad. Como verás, el poder del “NO” se alinea con estas energías.

3 claves para aprender a decir “NO” de una forma menos rígida

Fortalecer tu capacidad de decir “NO” de manera menos agresiva podría ayudarte a mantener tus relaciones con otros.

Reemplaza tu “NO” automático con «Lo pensaré». Esta estrategia te da más control de la situación y suaviza el terreno para un posible “NO”. Aunque realmente te da la oportunidad de reflexionar más sobre tu decisión y es mil veces mejor que un NO alimentando por impulsos emocionales.

Suaviza tu lenguaje. Frases como «preferiría no hacerlo” o  «ese es un plan agradable, pero no podré”, tienen un impacto más positivo en el cerebro del receptor. Por supuesto, siempre y cuando acompañes estas palabras con una actitud calmada y tranquila.

Reitera tu compromiso. Aprende a decir “NO” sin parecer egoísta o indiferente al hacer referencia a tus obligaciones con otras personas. Por ejemplo, «Me encantaría ayudar, pero ya acepté ayudar a mi madre/padre/amigo y no puedo defraudarlo»

Conclusiones

Al final, el “NO” puede ser un arma de doble filo. Por un lado; puede ayudarte a reafirmar lo que eres o lo que decidiste ser, mientras que por el otro, podría impedir tu crecimiento personal y quedarte encerrado en un círculo de emociones estériles. En definitiva, el “NO” de los límites auto establecidos es una mejor apuesta para respetarte a ti mismo y a los demás, pero el  “NO” autodestructivo solo te consume emocionalmente y te estanca.

¡Tú decides a que “NO” darle poder!

Cuéntame tu experiencia y cómo la gestionaste. Espero tus comentarios.

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