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¡Un camino lleno de autoconocimiento!

La travesía a lo largo de una enfermedad como el cáncer es un camino de grandes socavones emocionales.

A la hora de saber cómo ayudar a una persona con cáncer, es en esta área donde nos volcaremos: en las emociones. El arduo trabajo y esfuerzo de equipo médico, entorno y Coaching Oncológico debe ir encaminado en hacerle manejar y superar al paciente las pesadas sensaciones, y entre otras como:

  • Miedo
  • Tristeza
  • Abatimiento
  • Desesperanza
  • Incertidumbre
  • Rabia

En definitiva, se trata de aprender a gestionar las emociones durante y después del tratamiento. Sobrellevar la enfermedad de la forma más liviana posible dentro de las circunstancias.

Es una tarea de larga duración en la que todos, equipo médico, pareja, familiares y amigos, juegan un papel determinante. Como el del Coach Oncológico, cuyo rol, basado en su propia experiencia y conocimiento real de la enfermedad, se erige en clara respuesta a la pregunta de cómo ayudar a una persona con cáncer. Los profesionales del Coaching Oncológico tratamos tanto al paciente como al entorno. Ambas realidades para que sean una y se trabaje en una misma dirección, que es ayudar a superar la enfermedad.

Gestionar unas emociones alteradas por el miedo al cáncer

Debemos tener claro que el paciente de cáncer, en su diagnóstico, va a pasar por distintas fases hasta su asimilación. Mismo proceso que vivirá su entorno cercano. Ello nos obliga a entender su estado y actuar en consonancia dependiendo de la fase en la que se encuentre.

El apartado de las emociones vive un auténtico maremoto cuando nos diagnostican cáncer por primera vez. Asimilar la noticia nos afecta, y también a nuestro entorno más cercano. Nadie está preparado/a para encajar unas palabras que cambiarán nuestra vida a corto plazo, y donde el apoyo emocional, entre otros soportes, será clave en el tratamiento y evolución a seguir.

Hablar abiertamente de la enfermedad es importante a la hora de cómo ayudar a una persona con cáncer gracias a toda la información y documentación existente hoy en día. Conocer los avances científicos que se van produciendo en sus distintas tipologías, acercarse a casos de otros pacientes similares que se han recuperado… son componentes que han ayudado en los últimos años a ver y afrontar la enfermedad con una actitud muy diferente, mucho más positiva que años atrás.

Más emociones

Cómo ayudar a una persona con cáncer también implicará aprender a gestionar otras emociones consecuencia de la enfermedad, como podrían ser miedo a ser despedido/a, problemas relacionales o sexuales, dependencia económica o desgana alimenticia.

Entre otros aspectos, son estos acontecimientos vitales y estresantes en los que el Coaching Oncológico focaliza sus acciones.

¿Cómo ayudar a una persona con cáncer?

Hay que incidir en lo siguiente si somos parte de ese círculo cercano del paciente Oncológico:

  • Hacerle sentir libre de expresar sus sentimientos negativos, son absolutamente normales.
  • Empatizar con el paciente, con esos sentimientos tan negativos, pero mostrando siempre abierto el camino de la recuperación y la superación.
  • Animarle constantemente.
  • Compartir experiencias similares propias o de terceros destacando los elementos positivos y motivadores de los mismos. Mostrarle el camino a seguir.
  • Escuchar, escuchar y escuchar.
  • Que sepa que sentirse triste y apagado es normal, pero es una fase que debemos superar.
  • Plantear la posibilidad de acudir a grupos de apoyo y de otros pacientes oncológicos. La empatía es un gran aliado.
  • Del mismo modo, recibir sesiones de un Coach Oncológico profesional y experimentado.
  • Probar actividades de atención individual como el yoga o la meditación cuyos efectos beneficiosos están demostrados.
  • Rutinas de ejercicio físico que ayuden a reducir la ansiedad (caminar, nadar, etc).

Situaciones a evitar durante el tratamiento

No cayendo su entorno familiar y cercano en actitudes basadas en emociones de sobre proteccionismo, injusticia o duelo anticipado. De cara a mantener un estado de “normalidad” relativa, hay que saber lidiar con entereza con la enfermedad.

Evitar a toda costa que los sentimientos de tristeza, miedo y desconsuelo se transformen con el tiempo y el aumento de intensidad en depresión. Se debe hablar de ellos, que es una de las acciones que más impulsamos desde el Coaching Oncológico. No guardárnoslos para que así, poco a poco, estos pensamientos se disipen y prevalezcan las consecuencias positivas del tratamiento, del apoyo médico y de nuestro entorno.

No dejar que el paciente de cáncer se aísle por no gustarse al mirarse al espejo después del cambio físico que se pudiese producir en su cuerpo. Alejarse de amigos/as  y familiares por la inseguridad que sentimos redundará en esa sensación de no pertenencia a nada ni nadie. Es normal sentirse así, pero al mismo tiempo se debe asumir el cambio y ver el lado positivo.

Esta dramática experiencia nos ha convertido en una persona más fuerte, y nuestro aspecto actual no es sino el resultado de un duro proceso que estamos y vamos a superar. Sentirse orgulloso/a de uno mismo/a.

Cómo ayudar a una persona con cáncer si se muestra reacia.

Muchos pacientes son reacios a recibir ayuda de un Coach Oncológico profesional. Una buena forma de cómo ayudar a una persona con cáncer es hablarle de lo beneficioso que será este complemento a su proceso. Por muy fuerte que pensemos que somos, el proceso completo del cáncer, desde su diagnóstico hasta su desenlace, empuja a su protagonista a un vaivén emocional mucho más digerible si se transita de la mano de profesionales del Coaching Oncológico con experiencia en la materia.

La ayudaremos revirtiendo sus emociones negativas en fortaleza para cambiar de postura ante la adversidad. ¿Cómo? Es natural que si pensamos que estamos muy enfermos/as, vayamos puntualmente al tratamiento buscando mejorar, o dejemos de beber y comer mal, ya que son causas de nuestro estado actual. Esta emotividad negativa puede que sea demasiado pesada de sobrellevar para la persona, por lo que si ve que hay otras a su alrededor que sí saben cómo hacerlo, y le dicen cómo, decida dejarse rodear de este fundamental apoyo cualificado.

Luchar contra el miedo constante a una recaída

Es un temor que nunca abandona al paciente de cáncer: el miedo a que una vez superado el cáncer reaparezca. Aunque generalmente parece menos importante porque lo más significativo ya se ha conseguido, que es superar el cáncer, el paciente nunca deja de considerarse como tal, y por tanto, el cáncer sigue a la vuelta de la esquina.

Por lo tanto, es uno de esos apartados del proceso Oncológico donde el Coach presta más detalle cuando se trata de saber cómo ayudar a una persona con cáncer. Aun superado, debemos trabajar en sus emociones sobre esa tan temida recaída.

¿Cómo ayudar a abandonar estos pensamientos negativos?

  • Llevar vida saludable (buena alimentación, ejercicio físico)
  • Desarrollar nuevas actividades que ocupen nuestro tiempo, y por tanto, nuestra mente
  • Acudir positivo/a a las citas de seguimiento con nuestro médico (ninguna mala noticia nos tienen que dar en ellas)

El papel del Coach Oncológico

Se ha demostrado que el Coaching Oncológico es un instrumento altamente beneficioso a la hora de cómo ayudar a una persona con cáncer.

Una vez nuestra pareja, amigo/a o familiar ha tenido el tiempo suficiente para asimilar y enfrentarse al miedo, soledad e incertidumbre que le asola en estos momentos, es tiempo de esforzarse en comprender estas emociones y ver qué se pueden hacer con ellas para revertirlas en pensamiento positivo que le impulse hacia una mejoría física, mental y espiritual.

Coaching Oncológico introduce una metodología de tratamiento con pacientes con cáncer. La idea principal gira en torno a la calidad de vida de las personas aquejadas de la enfermedad, que vuelva a ser la que era en la medida de lo posible. Tanto a nivel personal, como familiar, social, en definitiva, emocional.

Situaciones donde el Coaching Oncológico ayuda enormemente a las personas involucradas a gestionar sus  emociones:

  • Gestión de los tiempos de espera entre pruebas.
  • Aceptación y manejo del diagnóstico.
  • Pronósticos desalentadores.
  • Imprevistos médicos: infecciones, cirugías, bajada de defensas.
  • Efectos secundarios de los tratamientos: náuseas, vómitos, dolores musculares, etc.
  • Gestión del dolor.
  • Cómo transmitir malas noticias.
  • Cambios en la imagen.
  • Rupturas de pareja.
  • Pérdidas de empleo.
  • Testamento vital: documento de voluntades anticipadas.
  • Manejo de la incertidumbre.
  • Sintomatología depresiva.
  • Sintomatología de ansiedad.
  • Problemas relacionados con la sexualidad.
  • Recaídas.
  • Sobrecarga del paciente o del cuidador.
  • Tomas de decisiones personales o médicas.
  • Defensa de los derechos con familiares o con el personal sanitario.
  • Entrenamiento en habilidades de comunicación a familiares.

Se conseguirá enseñando a la persona con cáncer técnicas de control de la ansiedad y fomentando su propio autocuidado, en referencia a los efectos secundarios de algunos tratamientos agresivos como son la quimio y radio terapia.

Cuéntame tu experiencia y cómo la gestionaste. Espero tus comentarios.

Comparte esta publicación si crees que a alguien le puede ayudar.

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